LOS ROBOTS MÁS CURIOSOS DEL MWC.
Cuando un robot coreano sirve cafés nadie le da las gracias y cuando unos brazos articulados por inteligencia artificial terminan de tocar una pieza al piano ante una multitud, al hacerse el silencio nadie les aplaude.
- A los robots también se les pasa el arroz.
No hay más que charlar un rato con Sophie, esa robot propiedad de Hanson Robotics Limited, que se activó en 2015 y en octubre de 2017 se convirtió en el primer robot con ciudadanía de un país, en este caso de Arabia Saudí. Ya tiene más derechos allí que muchas humanas.
Pero Sophie consiguió que me apiadara de ella cuando alguien le preguntó si quería tener hijos. Salió al paso hábilmente diciendo que a veces se plantea “cómo debe de ser tener una familia”. Si tienes aspecto de mujer en la treintena no te libras de la pregunta, da igual que seas un robot. Y eso dice más de los humanos que de la inteligencia artificial.
- Futuros fallidos.
Hay avances indiscutiblemente útiles, como el arenero para gatos que se limpia solo y el panel de abejas conectado que permite al dueño saber en todo momento la humedad y temperatura para poder cuidar de sus abejas ahorrándose un paseo. Además le avisa al móvil si alguien lo está robando.
Y luego están los dispositivos que atraen e inquietan a partes iguales, como el chip del tamaño de un grano de arena que se implanta en la mano y permite pagar con la piel como una tarjeta de crédito.
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